Paso de árbitro Amateur a Profesional. (Antonio Israel Mariscal Sánchez)

El árbitro andaluz de Segunda División A Mariscal Sánchez nos ofrece su visión acerca de los principales retos que debe afrontar un colegiado en este importante salto de categoría.

El salto de amateur a profesional es el sueño de cualquier árbitro que milite en categorías iguales o inferiores a Segunda división “B”. Aquí en España ese sueño se empieza a ver cumplido al 50 % con el ascenso de Tercera división a Segunda división “B”, pues al ir de cuarto árbitro a partidos de primera o segunda, ya se empieza a probar las mieles del fútbol profesional y a disfrutar de las diferencias entre estas dos categorías de la LFP y la segunda división “B”, aunque muchos futbolistas pertenecientes a esta última ya son auténticos profesionales con dedicación exclusiva.

Son muchas las diferencias que te encuentras cuando das el salto a profesional (aunque de momento no es obligatorio la dedicación exclusiva para el árbitro, que lo puede compaginar con su actividad laboral), si bien ya las has vivido como cuarto árbitro, no como actor principal, y no solo son a nivel económicas.

Empecemos por el juego en sí. Al ser los jugadores auténticos profesionales dedicados exclusivamente a este deporte, con un gran soporte físico-técnico detrás de ellos: médicos, fisioterapeutas, preparadores físicos, primer entrenador, segundo entrenador, de porteros, nutricionista…dependiendo del equipo y su suficiencia económica, por lo que su preparación es mucho más completa y mayor que la de jugadores de segunda división “B” que es la inmediata inferior. Esto implica mayor velocidad en el juego, mejor técnica (a la hora de realizar un pase a larga distancia que es controlado por el compañero y te coge a ti lejos de la jugada por ejemplo), y que obliga al árbitro también a una mayor exigencia física para acompañar de cerca la jugada y un mejor trabajo táctico a la hora, no solo durante el transcurso del partido sino del  pre- partido (estudio de sistemas de juego, tácticas, conocimientos sobre jugadores, de trabajo en equipo con los árbitros asistentes y el cuarto árbitro…) y esto es posible, gracias al mayor seguimiento que hacen los medios audiovisuales y prensa escrita de estas dos categorías.

Aquí es donde radica también otro cambio importante en el paso de árbitro amateur a profesional. Debido al enorme seguimiento que hacen los medios (prensa, radio, televisión) de la LFP, en la que casi el 100%, o diríamos el 100% de los encuentros son televisados, bien por televisiones de pago, autonómicas, nacionales…por la gran cantidad de aficionados que siguen a estos equipos, el árbitro siempre se encuentra en el punto de mira y está siendo constantemente evaluado en su toma de decisiones y su de ahí su transcendencia a nivel nacional. La imagen del árbitro profesional es más pública, más reconocida debido a este seguimiento mediático y social, amén de las repercusiones económicas que tiene para un equipo descender de categoría profesional (primera o segunda división) a segunda división “B” (no es lo mismo que por ejemplo el descenso de de esta a tercera división, ya que el cambio es menor). 

El árbitro profesional debe prepararse también en otras materias para no solo ser un experto conocedor de las Reglas del Juego y su aplicación (entendiendo por ello el buen manejo de estas reglas y lo que es aún más importante su espíritu, el espíritu de las Reglas del Juego, su fin), sino perfeccionarse continuamente para intentar llegar a la excelencia (lenguaje corporal, idiomas sobre todo inglés, psicología, técnicas de activación/relajación, trabajo en equipo para ser un auténtico líder …etc.)

Desde aquí quisiera animar a todos aquellos árbitros amateurs que persiguen el sueño de ser algún día árbitro profesional a que trabajen y se esfuercen en estas direcciones para conseguirlo y que así puedan disfrutar algún día de los estadios, infraestructuras, viajes, equipos…etc. que conllevan  el desempeñar las funciones de un árbitro profesional  en partidos de la LFP.

Aquí podéis contar con un compañero para lo que necesitéis. ¡ÁNIMO!

                                                                     Antonio Israel Mariscal Sánchez.