Cuando las buenas intenciones chocan con las Reglas
El técnico se asustó ante una posible lesión grave y quiso cortar el juego cuanto antes.
Enrique Martín y Ziganda, precedentes en este tipo de jugadas, aunque con motivaciones diferentes.
El árbitro aplicó las Reglas y sancionó la acción como está marcado: expulsó al técnico y reanudó el juego con balón a tierra, algo que puede parecer injusto debido a sus buenas intenciones. De hecho, el Comité de Competición gallego le aplicó la sanción mínima de un partido, algo a lo que Mosquera no está acostumbrado, ya que en su larga carrera como jugador y entrenador sólo había sido expulsado una vez.
De hecho, sus declaraciones después del partido, fueron ejemplares. Mostró su comprensión por la decisión del árbitro, del que dijo que tuvo un trato “excelente” e hizo un alegato a favor del fair-play: “Nunca me amonestaron por protestar ni nunca lo harán. Lo primero que hice en mi presentación es decirle a los jugadores que al árbitro no se le protesta, se le ayuda”, declaró.
A la memoria vienen dos técnicos que entraron en el campo para interferir en el juego, aunque con motivaciones muy diferentes. El primero de ellos fue Quique Martín, cuando entrenaba al Leganés, que extendió el pie para cortar un ataque del rival. Curiosamente, fue amonestado, como marcaban las Reglas de entonces, aunque sancionado con diez partidos. El otro fue Ziganda, cuando entrenando en Primera a Osasuna, metió el pie dentro del campo cuando el balón iba a salir de banda. Fue expulsado por ello.
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