jueves, 20 de octubre de 2011

ENTREVISTA PRESIDENTE F.F.R.M



ÁRBITROS:
T: En el apartado de los árbitros ha habido ascensos como el de Sánchez Martínez a Segunda o Nicolás Espejo y Gallego Gambín a Segunda B. Parece que se están haciendo bien las cosas…
JM: Creo que sí. Ha costado mucho. El tema de los árbitros es un tema complicado ya que es un colectivo muy especial y estaba muy bunquerizado cuando yo llegué. Sin ánimo de meterme con Antonio Jiménez, pero era la imagen de lo que había: no se podía hablar con ellos, trataba a la gente con mucho… no sé si despotismo o exigencia… A mí no me gustaba para nada. Yo empecé a tratar de mediar para que hubiera un poco de relación. Eso de que un club, un presidente o un entrenador no pudiera hablar con un árbitro porque parecía que lo estaban comprando... pero ¿qué lo iba a comprar? Esto del fútbol está montado en una serie de partes, y los árbitros son una, los clubes son otra, los jugadores son otra y los entrenadores son otra, y ya está, si no hay más, no pasa nada.
Poco a poco hemos ido dando vueltas. Antonio Jiménez ya no está, el que puse circunstancialmente ya no está, y ahora tenemos a un chico joven, Javier Lozano, que está en la línea y lo está haciendo muy bien. Está siendo muy exigente y estoy teniendo problemas también; muchas quejas porque exige mucho, pero no es menos cierto que yo una de las cosas que me daba vergüenza es que cuando fui a Madrid a apretar en una junta directiva para conseguir que algún árbitro ascendiese, Villar me dijo “no me aprietes más que tu Comité y el canario son los peores”, y estaba allí Juan Padrón, que es el vicepresidente de la española y es el canario y nos mirábamos los dos (risas). Pero es que resulta que de los diez árbitros que hacían las pruebas finales aquí y de los cuales mandábamos nosotros tres a Madrid, se quedaban los últimos en las pruebas físicas, o se lesionaban, o les daba un vahído, o un desmayo, o no sé qué… En la prueba tal los últimos, en la otra también…
A raíz de eso me interesé en ver lo que pasaba. Y bueno, por poner un ejemplo, si en la prueba de 50 metros había que pasarla en 6 .10 segundos, aquí la pasaban con 6.50… ¡pero si tiene que ser al contrario! Aquí tendrás que ponerla en 6 para que cuando llegues allí, nada más que por la tensión del momento y la ansiedad que pueda tener el árbitro en cuestión, va a bajar el rendimiento. Y nada, iban allí tan felices.
Después no había clases de reciclaje ni de nada, con lo cual se perdían. Y ahora es todo lo contrario: hay pruebas en agosto, en octubre, creo que en enero y en marzo. Cuatro pruebas clasificatorias, el que no las pasa, no pita. Y todas las semanas reciclaje, todas las semanas normas…
¿Qué ocurre? El problema que tenemos es que árbitros ya de una cierta edad que indudablemente no tienen edad para ascender ni para pelear por estar en otras categorías me dicen que quieren pitar, pero que no pueden ascender ya. “Si no puedo ascender, no me sometas a tanta disciplina de pruebas; no me sometas al mismo rigor físico”, por ejemplo. Bien, dicho esto, si no te someto a ese rigor puede ser que el día que pites, tú no tengas el mismo nivel que el resto de árbitros para hacerlo, y me dicen: “¿cómo que no? Con mi experiencia puedo suplir el tener un poco menos de nivel físico”.
Entonces estamos estudiando a ver si podemos encontrar una fórmula para que esos árbitros veteranos que tienen tanta experiencia y que saben hacer las cosas con mucho oficio puedan compensar un poquito esa experiencia que tienen contra que en las pruebas físicas no sean tan exigentes. Pero no es fácil.
T: ¿Cree que pronto veremos más árbitros de nuestra tierra en Primera División?
JM: Ahora mismo el que está en Segunda, Sánchez Martínez, da el perfil: es un tío formado académicamente, con muy buena presencia, los dos primeros informes que tiene son buenos… es lo que se buscaba.
Hemos tenido dos árbitros en Segunda, nuestro querido Gregorio Bernabé empezó muy bien, pero tuvo un accidente de coche volviendo de un partido y se tiró cuatro meses inactivo, y después de eso no ha tenido fortuna. El otro tampoco terminó de cuajar en Madrid. En cambio, Sánchez Martínez está gustando mucho allí. Yo tengo mucha confianza en que pueda llegar. Luego tenemos a nuestro asistente, Raúl Cañabero, que ese va como una moto (se ríe), es internacional.
En Madrid lo que quieren es gente formada intelectualmente, es decir, que sean universitarios, y que además tengan buena planta, que sean altos, delgados… si es lo que quieren, ¿qué vamos a hacerle? Habrá que mandárselos así.
T: En los últimos años ha habido un incremento de jóvenes que se han interesado por el mundo del arbitraje, ¿a qué cree que se debe este interés por convertirse en colegiados?
JM: Creo que por dos motivos. Uno por la campaña de captación tan magnífica que se hizo, que fue brutal y funcionó de maravilla. Hasta ese momento las campañas las hacíamos nosotros y eran un poco peregrinas. En este caso lo que hicimos fue contratar a una empresa profesional que nos cobró unos ocho mil euros por dos años, hicieron una campaña espectacular y funcionó de maravilla. Ese año ya tuvimos el doble de niños que se interesaron por esto.
Unido a eso está la circunstancia, que tenemos que ser conscientes de que es así, no presumir de que lo estamos haciendo bien, de la crisis. Ahora un chico que se hace árbitro y en cuatro días te pita tres partidos un fin de semana, pues se lleva aunque sean cadetes y tal, por ejemplo doscientos o trescientos euros. Pues imagínate, para él es un mundo.
T: En otras provincias, el precio por el arbitraje es diferente al de aquí, ¿a qué se debe esta disparidad?
JM: Son similares. Te explico: nosotros no teníamos prácticamente subvenciones de la Administración, lo único que recibíamos era que nos encargábamos de los juegos escolares. Lo que hacemos es pitarles todos los juegos escolares a la Administración regional, eso tiene un coste, nosotros pactamos con la Administración un precio y los pitamos durante los tres o cuatro meses que duran, les mandamos nuestros árbitros, con nuestras tasas, lo firman todo. Una vez que terminan de pitar a los árbitros les paga la Federación, y nosotros le pasamos eso a la Administración, que nos lo mete en un convenio de aproximadamente 120.000 euros, de los cuales de unos 60.000 a unos 80.000 euros eran para pagar los costes arbitrales, y el resto, para apoyo del fútbol femenino, para inscripciones de equipos…
Si yo me comparo con la Federación de Extremadura, que la Administración le da un millón y medio de euros, pues claro, me dicen que los árbitros allí son gratis. Yo no puedo hacer nada, a mí la Administración no me los paga. ¿La crisis qué ha hecho? Pues que Extremadura ya no tenga subvenciones; la junta directiva estaba que se subía por las paredes porque ellos pagaban hasta el desplazamiento. ¿Qué ha ocurrido? Que este año tienen la mitad de licencias, se le han ido la mitad de equipos porque se habían acostumbrado a tener hasta autobús en la puerta … no eran equipos consistentes, era una especie de guardería del fútbol que habían montado con dinero del Estado. Ahora que no hay subvenciones porque hay crisis, vamos a ver cómo funciona cada Federación.
Yo te digo que en Tercera División a nivel nacional, quinientos euros el colectivo arbitral, es lo mínimo que se está cobrando a los equipos, si no se está subvencionado, claro. Si no hay dinero público te digo que los costes son mínimos en este sentido; llevamos dos años sin subir los costes. A mí me hubiera gustado que se hubieran bajado y lo intenté, pero es que el colectivo arbitral es complicado.
T: Ya que estamos hablando del coste arbitral no podemos dejar de decirle algo que con seguridad ya sabe: los clubes se quejan a menudo del precio de los arbitrajes, incluso escuchamos a los aficionados comentar que el árbitro y los líneas se quedan con la cantidad que perciben íntegramente. Sin embargo, esto no es cierto…
JM: No, ellos daban una cantidad para un fondo, para el mantenimiento del Comité, ese fondo ha desaparecido, se quitó y se hace cargo la Federación, porque ahora mismo ya hay caja única. Ahora, lo que sí hacen ellos es que depositan una cantidad de los quinientos euros que cobran. ¿Cuánto se quedan de ese dinero? Yo no lo sé… supongo que doscientos y pico el árbitro, cien cada línea, y unos cincuenta euros aproximadamente se quedan para un fondo que se utiliza para los arreglos de los vehículos, pinchazos… Porque aquí al principio les echábamos una mano, pero no podía ser, porque de pronto en una semana tres coches rotos, a otro le habían rajado las ruedas, a otro le habían rallado el coche de punta a punta, a otro le habían roto los cristales… No podíamos hacernos cargo de eso. Así que les dijimos que como les habíamos quitado todos los costes, la Federación no les cobra por gestión ni por nada, que para cubrirse ellos mismos hicieran un fondo dejando cada semana una cantidad que se va acumulando. Así, cada vez que haya un problema de este tipo, se resuelve con eso. De los quinientos euros que es la cantidad actual, no sé lo que dejan exactamente… Ese ya es un tema interno de ellos, yo no lo sé.

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