viernes, 2 de diciembre de 2011

ex árbitros y entrenadores opinan sobre la polémica de forzar tarjetas

"Los comités son cobardes"

  • "Pitamos lo que vemos, no somos interpretadores"

  • Para la mayoría de técnicos es una picaresca que favorece el espectáculo

  • La UEFA sí entra de oficio y sanciona.

Indignación en el colectivo arbitral por el ya famoso artículo 112.3 de la normativa de la RFEF, que habilita al árbitro reflejar en el acta sus sospechas sobre si los futbolistas han forzado la tarjeta con la intención de cumplir el cupo y afrontar partidos vitales sin problemas de amonestaciones.
Los ex colegiados -a los que les resulta mucho más fácil pronunciarse que a los que todavía están en activo- abanderan este descontento. "El árbitro en el partido es ajeno a situaciones externas, debe estar concentrado en lo que ve, con la mente limpia, sin dejarse condicionar por factores ajenos. No es su función interpretar las motivaciones, en caliente. La norma es suficientemente clara, el que la vulnera es porque quiere, y merece sanción. Pero estas acciones son difíciles de erradicar", explica Brito Arceo.
Esquinas Torres va un poco más allá: "Es la cobardía de los comités, que quieren descargar en los árbitros en lugar de actuar de oficio. La UEFA, una vez más, nos dio una lección la temporada pasada con lo ocurrido al Real Madrid en Ámsterdam. Entraron de oficio porque tienen cámaras, ven repeticiones, instrucciones y conductas que en el campo es imposible valorar. En Europa hay verdaderos comités. Porque nosotros, en realidad no podemos hacer otra cosa que pitar lo ocurre, y esperar que luego sean los diferentes comités lo que entren de oficio, utilizando las tecnologías y las ventajas que tienen para impartir justicia".
Andújar Oliver lo expone de manera más gráfica; "Quieren echar el muerto al árbitro y ellos lavarse las manos. Permitir que entre en juego la intuición a la hora de escribir un acta, es peligroso, es el comité el que debe entrar de oficio".
Ansuátegui Roca incide en este punto: "Es complicado algunas veces valorar la voluntariedad sobre el terreno. En el caso de Piqué quizá no, está claro que es raro perder tiempo así, pero en otras puede ser polémico. El reglamento de la RFEF está así, como de costumbre, cargando todo al árbitro, porque de otra manera, los malos de la película serían ellos. Ellos argumentan que no pueden rearbitrar los partidos, pero sí, pueden y deben. El colegiado valora que Piqué está forzando la amarilla, y no le amonesta, a lo mejor están todavía jugando. No tiene más remedio que pitar lo que ve, pierde el tiempo, y debe sacarla amarilla".
La mayoría de los entrenadores consultados coinciden con los colegiados en que estas situaciones deben ser responsabilidad de los distintos comités, pero se muestran de acuerdo en que se pase de puntillas y no se sancionen con mayor dureza estas acciones.
"Hay mucho en juego, la planificación de los equipos para lograr objetivos y cuidar futbolistas para partidos clave también es espectáculo. Todos quieren ver a los mejores. Yo lo he hecho, y lo volveré a hacer. Hay cosas más importantes que cambiar en el reglamento. Es una picaresca que beneficia el espectáculo", sentencia Manolo Jiménez.
Para Víctor Muñoz, los profesionales tienen que acatar el reglamento, lo que no impide aprovecharlo dentro de los límites que marcan: "Uno tiene que aprovechar el margen que ofrece el reglamento. No lo veo mal, hay que jugar con las posibilidades".
Jabo Irureta se solidariza con los árbitro: "Estoy de acuerdo con la postura de los árbitros. Yo tampoco reflejaría en el acta una acción así. Como tampoco otras muchas cosas ocurren en los partidos. No hay reglamento perfecto, pero el colegiado no debe ser un interpretador".
Por último Radomir Antic sí otorga la última decisión al colegiado. Para ello utiliza una frase de Boskov: "Sólo es penalti cuando lo pita el árbitro, pues con el resto de cosas igual. Creo en la labor de interpretación del árbitro".

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